09/03/2014 Carta de Lucio García Blanco.
Carta de Lucio
García Blanco.
Centro
Penitenciario de Topas. Salamanca.
Por lo que
comentaste he podido deducir que tu última carta no tardó mucho en llegar, pero
no la pusiste fecha en el encabezamiento y en el matasellos estaba ilegible.
Acuérdate de ponérsela a la próxima para poder llevar un control porque el
correo aquí sigue de mal a peor, esta semana, por ejemplo, no he recibido
ninguna carta.
Algunos de los
escritos que me envías me han evocado los primero tiempos de mi militancia en
el Partido por Galicia y también a los camaradas que conocí allí, entre los que
está Luis, Juan Carlos Delgado, Cachi (Fernando), Tina y otros que se han
quedado por el camino. La entrevista que le hicieron a Luis en “El otro País”
ya la había leído pero me ha venido bien releerla. La primera vez que vi a Luis
en silla de ruedas, después de que la policía le diera un tiro por la espalda,
fue en el hospital penitenciario de Carabanchel, cuando en 1981 yo me
encontraba allí en huelga de hambre.
Delgado de Codes
estuvo unos días por Galicia, creo que en 1978, allí tuve la suerte de
conocerle. A pesar de que sólo, pude estar con él durante unas horas, la verdad
es que dejó un hondo recuerdo en mí. Era un hombre muy sencillo y afable, que
ya por entonces tenía una sólida formación política e ideológica y una amplia
cultura. Yo no me caracterizo por tener una gran memoria, pero recuerdo con
bastante detalle los temas que hablé con el, y su personalidad.
En abril, se
cumplirán 35 años de su asesinato por parte de la policía cuando salía del
metro a la plaza de Lavapiés, de Madrid; por lo que espero que se le pueda
recordar con la dignidad que se merece, no sólo durante ese día sino siempre, en
cada conquista que podamos alcanzar los trabajadores. La denuncia de este
crimen político es nuestra mejor arma para que no pueda quedar impune junto a
los otros crímenes que siguen olvidados en miles y miles de fosas comunes y
cunetas en nuestro país. Para que de una vez por todas puede haber justicia
para todos ellos. Sólo así podremos evitar que se sigan repitiendo. La denuncia
del asesinato de Juan Carlos, es también nuestra mejor arma para desenmascarar
el verdadero carácter fascista del régimen que sufrimos y avanzar en la lucha
por las libertades y el socialismo.
Su ejemplo de
lucha es, sin lugar a dudas, el camino más claro y eficiente para alcanzar el
futuro que nos niegan. Juan Carlos siempre será bandera de lucha por el
comunismo, y siempre estará en los corazones de todos los trabajadores con
conciencia de clase.
Respecto a la
situación internacional, el imperialismo ruso ha respondido al golpe de estado
político alentado por los imperialista americanos y europeos contra Yanukovin
en Ucrania, nada menos que invadiendo militarmente Crimea, antigua región rusa.
Como han dejado
bien claro, sus intenciones no son otras que las de promover su adhesión a
Rusia mediante la celebración de un referéndum de autodeterminación. Estamos
por lo tanto ante un pulso directo entre las grandes potencias, en una zona de
gran importancia estratégica para todos ellos que nos pone ante el peligro real
de que se pueda desencadenar una nueva guerra mundial de consecuencias
imprevisible.
Cuando existía la
URSS y el bloque de paisas socialistas del Este de Europa, las grandes
potencias imperialistas se veían forzadas a mantenerse unidas frente al potente
enemigo común que amenazaba al conjunto del sistema capitalista. Pero, con la
desaparición de este bloque, se crearon las condiciones para que el desarrollo
de las contradicciones y la posibilidad de enfrentamiento militar entre esas
potencias imperialistas fuesen pasando a un primer plano. Y este proceso se ha
venido agudizando con el agravamiento de la crisis económica de agotamiento del
capitalismo, y las numerosas batallas económicas, financieras y políticas que
han venido librando las distintas potencias entre sí para hacerse con los
mercados de mercancías, financieras y políticas, que han venido librando las
distintas potencias entre sí para hacerse con los mercados de mercancías, las
materias primas, y las zonas geoestratégicas. Mas, con ese mismo objetivo, el
imperialismo americano a partir de la última década del siglo XX, también lanzó
una ofensiva militar que, como se recordará, devastó la antigua Yugoeslavia,
Irak, Afganistán, Libia, etc.
Claro que esa
ofensiva no ha surtido el éxito militar esperado, teniéndose que retirar de
Irak y Afganistán; el declive económico de los EE.UU. se sigue pronunciando,
mientras el poderío de China en ese terreno continúa en alza, a pesar de que la
crisis ha frenado su desarrollo.
No obstante, para
entender la situación concreta que se viene dando en estos momentos en torno a
Ucrania, también es necesario recordar que en el pasado mes de septiembre de EE.UU.
ya fueron frenados por primera vez en su última ofensiva militar. Por entonces,
después de anunciar que en 24 horas desarrollaría un ataque militar a Siria,
ante la posición firme de apoyar a este país que mostró Rusia, finalmente los
EE.UU. dieron marcha atrás en sus intenciones. Y esa que la victoria militar de
estos en la zona hubiera dejado a Rusia en una situación de acorralamiento, que
es en realidad lo que se pretende de nuevo poniendo a Ucrania en la órbita
americana. En esta zona los misiles ABM yanquis ya están instalados en Rumanía
y Polonia. Pero todo apunta a que se vuelve a repetir la historia que se dio en
torno a Siria, y que los rusos saldrán de nuevo ligeramente reforzados.
Otra cuestión a
tener en cuenta es que, desde hace tiempo, se vienen perfilando dos grupos de países
imperialistas de cara a disputarse militarmente la hegemonía mundial, como se
demuestra cada vez que tienen que decidir alguna cuestión importante en el
organismo permanente de la ONU, o en los posicionamiento ante las distintas
intervenciones militares que se han venido dando, etc. Aquí por un lado se
puede ver a EE.UU., Inglaterra, Canadá, Australia… Y por otro ya están Rusia,
China, las exrepúblicas soviéticas de Asia, posiblemente Alemania, etc. Pero
como es lógico aún no están todos situados.
No obstante,
llegado aquí conviene remarcar la cuestión principal y de fondo que sigue espoleando
las contradicciones interimperialistas, y que no es otra que la decadencia o
crisis general del sistema capitalista, que abarca a todos sus pilares, a lo
ideológico, lo político, lo económico, etc. En este último terreno, por
ejemplo, a pesar de las declaraciones de los gobernantes de las crisis apunta a
un empeoramiento general.
Todas las grandes
economías se encuentran atrapadas por la crisis económica, empezando por el G7,
mientras que los BRICS también van entrando en ella. La economía rusa se ha
estancado en 2013 y las previsiones para el 2014 son peores. India, Brasil van
en la misma línea y China pierde cada vez más fuerza. Claro que, en este
sentido, es preciso señalar que para los imperialistas la guerra es la única
salida a la crisis.
Hoy en día, por
la debilidad que afecta al movimiento obrero y comunista internacional, es
realmente imposible poder frenar este proceso hacia la guerra mundial con
movilizaciones o revoluciones. Pero las propias contradicciones del sistema
capitalista, así como las rivalidades imperialistas y la propia guerra, son sin
duda un factor favorable para reorganizar la lucha y avanzar en el proceso
revolucionario.
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