REFLEXIÓN SOBRE EL FUTURO DE DESARROLLO RURAL.
Cada vez está más claro, que nuestros pueblos son necesarios para una vida digna y saludable en nuestro planeta.
Es insostenible seguir promoviendo políticas que hagan concentrar cada vez mas población en un pequeño territorio, mientras la mayor parte está despoblada, sin servicios y sin trabajo.
Es insostenible desde un punto de vista medioambiental, como ante la masificación de las grandes ciudades en las que la burguesía instalada en ellas, promueven inversiones depredadoras de recursos energéticos y naturales para su aprovechamiento a cientos o miles de kilómetros de distancia, con lo que ello supone:
¸ Gasto desmesurado en medios de transporte para llevar desde el medio rural, materia prima para las necesidades y caprichos de la burguesía de la gran ciudad.
¸ Pérdidas enormes, perfectamente calculadas de energía eléctrica en el transporte desde su origen de producción hasta su destino.
¸ Sobrexplotacion de acuiferos y aprovechamiento hídrico que realiza las ciudades en el territorio donde se establecen, haciendo inviable la sostenibilidad de la vida urbana. Si sólo se aprovechase lo que ofrece el lugar, con lo cual, necesitan recursos externos mediante trasvases, mayores embalses, desde lugares cada vez mas lejanos, con lo que ello supone también, necesitar para esto una infraestructura de construcción mediante cañales, que inutiliza enormes cantidades de terreno fértiles y de valor natural para esta fin.
¸ Contaminación los acuíferos y la tierra, debido a que la gestión de los recursos y sus residuos no puede sostenerse con lo que le permite la tierra donde está establecida la ciudad, con lo cual, necesita alejar cada vez más los residuos que se producen.
¸ Las grandes urbes no se crean en base a un mejor aprovechamiento de los recursos del lugar, pues esta no se crea para aprovechar agrícolamente el terreno. Sino como lugares desde donde controlar administrativa, políticamente y comercialmente una zona o provincia, o comunidad, junto a esto, o debido a la propia inversión de la Administración se promueve alrededor un sector secundario y terciario fuerte, que tira de la economía, y crea empleo, atrayendo a su vez a más población, que a su vez necesita servicios y fuerza de trabajo. También, al ser deficitarios en materias primas, necesitan un medio rural más primarizado, es decir, especializado en el sector primario que consiga alimentos y recursos, y no suponga una competencia en los otros sectores.
¸ También junto esto, el sector secundario y terciario aglutinado intensivamente, da lugar a que el terreno donde está implantado no puede absorber todo sus residuos, con lo cual necesita sacarlo a otros territorios, para evitar principalmente un problema de salud publica y descontento social.
¸ Por todo esto, las urbes son entidades netamente importadoras de recursos y materias primas, y exportadoras de residuos.
Claramente, la relación capitalista campo-ciudad es semejante a colonia-metrópoli.
En la que la dependencia de los trabajadores del medio rural es doble, sumisa ante la patronal caciquil rural, que gestiona el usufructo, beneficiándose de el. Mientras también es explotada su fuerza de trabajo para lucrar a la burguesía de la urbe a la que se le vende la materia prima.
A todo esto, se recibe unos escasos servicios públicos, bajo la excusa de la baja densidad de población, no llegando estos así al medio rural desde su centro capitalino, y que lo sufren más, los que están más lejos de acceder al centro urbano.
Los medios de comunicación están proyectados no solamente para dar servicio a donde hay mas densidad de población, sino también pensados para favorecer aun mas la concentración poblacional, pues no solamente la mayor parte del presupuesto invierte en medios que favorezca la alta velocidad tanto en coche como en tren entre las grandes ciudades para que los pueden usarla por los altos costes de los miembros pertenecientes a la burguesía, sino también favorece en incomunicar a los pueblos, dejándolos sin mantenimiento y mejoras en sus vías, que aun ser de menor costo que las primeras, se dejan abandonadas por la desidia y la falta de presupuesto.
Con lo cual, los trabajadores rurales, se encuentra doblemente excluidos de los servicios de comunicación, pues no los tiene cerca y accesibles, dificultado a su vez, por unas vías en pésimas condiciones, y por otro lado, sufren como el resto de los trabajadores, trenes como el AVE con unos billetes caros que dificultan su acceso, pervierten el nombre de servicio publico, pues trancan los trenes convencionales mas asequibles a las posibilidades económicas de los trabajadores.
No se debe olvidar realmente que con la industrialización no solamente produjo la acumulación de capital en menos manos, si no también en menos localidades.
Una producción industrial necesitaba una cercanía y facilidad de transporte entre la industria interdependiente. Esta forma de manufactura conseguía abastecer a una población mayor dentro de una región mucho más amplia de lo que conseguía la transformación preindustrial. Con lo cual se puede comprender cierta tendencia a la concentración poblacional para suministrar fuerza de trabajo a esta producción económica que suponía unas inversiones que poca gente podía permitirse. Pero ahora mismo la industria gracias a las vías de transporte y comunicación no necesita esta aglutinación fabril.
De todas maneras, la tendencia de los distintos gobiernos siempre fue hacer perder empleo agrícola, a favor de una agricultura industrial, monocultora, capitalista, y dependiente del préstamo y de “ayudas” para su propia subsistencia. Esta se transforman en verdugos del trabajador campesino, perdiendo capacidad adquisitiva.
Esta agricultura que usa más recursos externos que internos, que tiene que comprar a las fábricas de los burgueses tanto maquinaria, combustible, piensos, venenos, semillas, abonos etc. Hace inviable una agricultura campesina apegada a la tierra, aprovechadora respetuosamente, dentro de sus conocimientos, de los recursos de la tierra, y que necesita una población campesina con un empleo estable que ofrezca una fuerza de trabajo constante y asentada en la tierra, que conozca sus ciclos para fructificar su jera.
Es insostenible seguir promoviendo políticas que hagan concentrar cada vez mas población en un pequeño territorio, mientras la mayor parte está despoblada, sin servicios y sin trabajo.
Es insostenible desde un punto de vista medioambiental, como ante la masificación de las grandes ciudades en las que la burguesía instalada en ellas, promueven inversiones depredadoras de recursos energéticos y naturales para su aprovechamiento a cientos o miles de kilómetros de distancia, con lo que ello supone:
¸ Gasto desmesurado en medios de transporte para llevar desde el medio rural, materia prima para las necesidades y caprichos de la burguesía de la gran ciudad.
¸ Pérdidas enormes, perfectamente calculadas de energía eléctrica en el transporte desde su origen de producción hasta su destino.
¸ Sobrexplotacion de acuiferos y aprovechamiento hídrico que realiza las ciudades en el territorio donde se establecen, haciendo inviable la sostenibilidad de la vida urbana. Si sólo se aprovechase lo que ofrece el lugar, con lo cual, necesitan recursos externos mediante trasvases, mayores embalses, desde lugares cada vez mas lejanos, con lo que ello supone también, necesitar para esto una infraestructura de construcción mediante cañales, que inutiliza enormes cantidades de terreno fértiles y de valor natural para esta fin.
¸ Contaminación los acuíferos y la tierra, debido a que la gestión de los recursos y sus residuos no puede sostenerse con lo que le permite la tierra donde está establecida la ciudad, con lo cual, necesita alejar cada vez más los residuos que se producen.
¸ Las grandes urbes no se crean en base a un mejor aprovechamiento de los recursos del lugar, pues esta no se crea para aprovechar agrícolamente el terreno. Sino como lugares desde donde controlar administrativa, políticamente y comercialmente una zona o provincia, o comunidad, junto a esto, o debido a la propia inversión de la Administración se promueve alrededor un sector secundario y terciario fuerte, que tira de la economía, y crea empleo, atrayendo a su vez a más población, que a su vez necesita servicios y fuerza de trabajo. También, al ser deficitarios en materias primas, necesitan un medio rural más primarizado, es decir, especializado en el sector primario que consiga alimentos y recursos, y no suponga una competencia en los otros sectores.
¸ También junto esto, el sector secundario y terciario aglutinado intensivamente, da lugar a que el terreno donde está implantado no puede absorber todo sus residuos, con lo cual necesita sacarlo a otros territorios, para evitar principalmente un problema de salud publica y descontento social.
¸ Por todo esto, las urbes son entidades netamente importadoras de recursos y materias primas, y exportadoras de residuos.
Claramente, la relación capitalista campo-ciudad es semejante a colonia-metrópoli.
En la que la dependencia de los trabajadores del medio rural es doble, sumisa ante la patronal caciquil rural, que gestiona el usufructo, beneficiándose de el. Mientras también es explotada su fuerza de trabajo para lucrar a la burguesía de la urbe a la que se le vende la materia prima.
A todo esto, se recibe unos escasos servicios públicos, bajo la excusa de la baja densidad de población, no llegando estos así al medio rural desde su centro capitalino, y que lo sufren más, los que están más lejos de acceder al centro urbano.
Los medios de comunicación están proyectados no solamente para dar servicio a donde hay mas densidad de población, sino también pensados para favorecer aun mas la concentración poblacional, pues no solamente la mayor parte del presupuesto invierte en medios que favorezca la alta velocidad tanto en coche como en tren entre las grandes ciudades para que los pueden usarla por los altos costes de los miembros pertenecientes a la burguesía, sino también favorece en incomunicar a los pueblos, dejándolos sin mantenimiento y mejoras en sus vías, que aun ser de menor costo que las primeras, se dejan abandonadas por la desidia y la falta de presupuesto.
Con lo cual, los trabajadores rurales, se encuentra doblemente excluidos de los servicios de comunicación, pues no los tiene cerca y accesibles, dificultado a su vez, por unas vías en pésimas condiciones, y por otro lado, sufren como el resto de los trabajadores, trenes como el AVE con unos billetes caros que dificultan su acceso, pervierten el nombre de servicio publico, pues trancan los trenes convencionales mas asequibles a las posibilidades económicas de los trabajadores.
No se debe olvidar realmente que con la industrialización no solamente produjo la acumulación de capital en menos manos, si no también en menos localidades.
Una producción industrial necesitaba una cercanía y facilidad de transporte entre la industria interdependiente. Esta forma de manufactura conseguía abastecer a una población mayor dentro de una región mucho más amplia de lo que conseguía la transformación preindustrial. Con lo cual se puede comprender cierta tendencia a la concentración poblacional para suministrar fuerza de trabajo a esta producción económica que suponía unas inversiones que poca gente podía permitirse. Pero ahora mismo la industria gracias a las vías de transporte y comunicación no necesita esta aglutinación fabril.
De todas maneras, la tendencia de los distintos gobiernos siempre fue hacer perder empleo agrícola, a favor de una agricultura industrial, monocultora, capitalista, y dependiente del préstamo y de “ayudas” para su propia subsistencia. Esta se transforman en verdugos del trabajador campesino, perdiendo capacidad adquisitiva.
Esta agricultura que usa más recursos externos que internos, que tiene que comprar a las fábricas de los burgueses tanto maquinaria, combustible, piensos, venenos, semillas, abonos etc. Hace inviable una agricultura campesina apegada a la tierra, aprovechadora respetuosamente, dentro de sus conocimientos, de los recursos de la tierra, y que necesita una población campesina con un empleo estable que ofrezca una fuerza de trabajo constante y asentada en la tierra, que conozca sus ciclos para fructificar su jera.
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