INFORMACIÓN DE LUCIO GARCÍA BLANCO: 6/5/2012. TOPAS. SALAMANCA.
“…Para un preso político el poder enrollarse en una carta
con cuestiones políticos, sociales, etc., es como quitarse de encima parte del
encierro; es una especie de ventana hacia la libertad. Si por nuestra
característica de luchadores, nuestro espíritu ya tiene la tendencia a evadirse
de los muros y sentir muy directamente los problemas del pueblo, el hecho de
poder dar opiniones en las cartas sobre esos problemas y sus diversas
cuestiones políticas, es algo muy importante para nosotros. No llega a la
altura de la charla personal, con un buen queso y un buen vino…”
En términos globales todo apunta a que las cosas no pueden
mejorar nunca en los márgenes del capitalismo, que no llegarán ya los ciclos de
auge de la economía, aunque si cierta reanimación, a la que le seguirá otro
estancamiento y recesión. Pero conociendo como conocemos las leyes históricas y
sociales, tampoco podemos caer en el pesimismo, porque de todo este caos,
nacerá una nueva sociedad socialista que conllevará el desarrollo y el progreso
de la humanidad. La cuestión, a nivel concreto, es no dejarse llevar por el
desánimo y afrontar el día a día con fuerza y coraje.
En lo que respecta al momento político y social, yo no creo
que sea tan malo o apagado como la pintas, que haya una “paciencia inusitada”.
Aquí es preciso tener en cuenta que debido, sobre todo, a la traición del
revisionismo y el hecho de que el movimiento de resistencia y el pueblo no
pudiésemos imponer la ruptura con el fascismo, se produjo una ofensiva
reaccionaria para arrebatar los derechos laborales a los trabajadores, y un
retroceso en su nivel de organización, de conciencia política y de lucha.
Este periodo nos ha dejado sin los derechos más básicos y, en términos
generales, en una situación de desorganización, confusión y cierta desmovilización.
Nuestro partido ha reconocido que en este periodo, de cerca de 30 años, pecó de
subjetivismo y sobreestimó el grado de conciencia política de las masas. Pero
yo creo que en lo que respecta a la conciencia política, la desmovilización,
desorganización etc., se está empezando a superar poco a poco de un año para
acá. Para mi es evidente que desde entonces, los trabajadores se vienen
politizando lenta y progresivamente, y que también se vienen incrementando las
luchas por todo el Estado, sobre todo en los tres últimos meses.
Nosotros, en consecuencia con el pensamiento de Lenin, no vemos positivas esas
huelgas generales de carácter economicista del estilo del 29M; aunque si
tenemos en cuenta el número de colectivos que convocó al margen de las mafias
sindicales, así como los numerosos enfrentamientos con la policía y los
detenidos, no creo que se pueda calificar de fracaso.
El hecho de que el propio Estado se esté planteando crear
nuevas leyes represivas de excepción, para castigar a los huelguistas y
manifestantes como “terrorista de baja intensidad”, y meterles en la cárcel
hasta cinco años, no me cabe duda de que se debe al avance de las luchas y del
movimiento de resistencia popular.
La gente empieza a ver la necesidad de la lucha pero todavía
falta una maduración de la situación para que se pueda lanzar a por todas
contra este Estado terrorista y el capitalismo. Todavía se tendrá que agudizar
la crisis del Estado y la de las propias masas, para que pierdan el miedo. Y
como bien dices, falta organización. Pero al mismo tiempo también que los
trabajadores empiecen a asumir y entender el programa de lucha que nos puede
llevar al derrocamiento del capitalismo y la consecución del socialismo. Para
lanzarse a por todas, los trabajadores también tienen que ver claro el camino y
lo que va a venir detrás. Ese programa está ahí, y no es otro que nuestro
programa mínimo estratégico. Claro que la clave de todo este proceso no es otra
que la reorganización y el fortalecimiento del Partido, que a su vez desarrolle
el movimiento de resistencia organizado.
Yo creo que se puede hablar de una nueva etapa de ascenso de
las luchas, pero todavía, muy desorganizada y espontaneista, que tardará
bastante encoger la senda justa y organizada. Aquí, como es habitual en estos
procesos, habrá momentos en los que nos parecerá que las cosas van a velocidad
de crucero y otros en los que tendremos la sensación de que se para o se
estanca todo. De ahí, deriva la necesidad de no quedarse con los ojos clavados
en cualquier momento concreto, sino de mirar la tendencia general y con cierta
perspectiva.
Me parece evidente que el desprestigio de esa gente –CCOO,
UGT- es cada vez mayor. Lo que también debemos tener en cuenta es que forman
parte del Estado y tienen una gran apoyo de este; que cuentan con muchos miles
de liberados y un gran aparato de propaganda. Esto implica que no van a
desaparecer, probablemente, hasta que no acabemos con el propio Estado y que su
desgaste y debilitamiento será lento, aunque el uso de mantas y sábanas de la
calle. Desde que no permiten a la gente que se quede en los chavolos, el módulo
está un tanto revuelto”.
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