N'Almaraz


Las Llatas de San Pelayo

Estimado amigo:
Te sigo escribiendo desde un lugar precioso y con un maravilloso sonido de cantos de pájaros de todo tipo, desde mi pueblo Almaraz, en tierras leonesas de Zamora.
En verano, este pueblo es precioso, es una pena que ahora no tenga mucho tiempo de pasear por cuestiones de trabajo, pero en todo el año, también hay mucho que ver, y los parajes más bonitos son justo los que pegan y están a la orilla del Duero. Esto todo es un  paraíso, donde el sol hace de los laderos y arribanzos una variedad y un crisol de colores por la multitud de flores que nacen y proliferan a lo largo de este gran rio, y tan maltratado.
Después Almaraz tiene también su historia, se habla de un teso, que está pegando al pueblo, que se le llama el Castillo, y que dicen que se encontraban allí pequeños tesoros de monedas antiguas, romanas.
Todo el mundo lo dice pero yo todavía a nadie vi esas monedas, es fácil que desaparecieran para venderlas.
En este Castillo dicen, cuenta la leyenda de la mora que se peina detrás de una sábana tendida, con unos cabellos muy largos y rubios que cuando se acerca uno, desaparece.
San Pelayo
También, y debe ser historia de verdad, pues hay estudios de ello, los restos de un santuario donde se hacían celebración anteriores al cristianismo, en estas celebraciones se hacían rituales de sacrificios, no se sabe muy bien si solamente animales.
Se ve muy claramente, un poyo que servía de pira y con un pequeño cañal por donde recorría la sangre para caer en otra piedra escavada.
Hay por lo menos dos piras de sacrificio en esta zona, es preciosa, está en un alto, desde donde se domina con la vista casi todo el rio Duero que arrodía el término de Almaraz, se ve también muy bien, la otra orilla, que es término del pueblo de San Román de los Infantes, que es de la comarca de Sayago.
Este lugar se cristianizó, poniéndole el nombre de San Pelayo, y tuvo una ermita (ahora caída) a donde se iba de romería todos los 9 de Mayo. La fiesta más importante de año.
San Pelayo
Llevaba años desaparecida la romería, y se volvió a recuperar hace pocos años, de una manera distinta, sin el carácter religioso, y más de convivencia y de fiesta, donde se come la tradicional arroz con leche, y hay gente que lleva su merienda allí mismo. La otra comida tradicional que también se hacía era la tortilla de bacalao. Antes según me cuentan, era la comida lo que se celebraba, ahora, quedó en una merienda pero está bien seguir minimamente con la tradición.
Toda una celebración en honor a la primavera y el nacimiento de la fertilidad. Poco antes, la noche del 31 de abril al 1 de Mayo se celebra el levantamiento del Mayo, otro también importante suceso en la vida campesina, para celebrar la fecundidad. Normalmente era más una celebración de quintos, pero ahora mismo, es lo que menos hay, con lo cual para subir la viga de árbol recién talado, en el mismo día 31 de Abril, participa gran parte del pueblo.
Además, son los mediana edad, los que tienen más idea que como atar el mayo, como tirar y empujar de él para se hunda en el hoyo.
Hay otra tradición que se volvió a recuperar que es la danza de los palos, o Pauliteiros como se llama en Miranda del Douro, supongo que lo conocerás. Van vestidos de blanco con flores en la cabeza (ahora estas flores son de plástico) y un pañuelo en la cintura, y se danza chocando los palos de unos danzarines contra los otros.
Estas danzas se realizaban en el Corpus en misa y en la fiesta de San Pelayo durante la procesión o romería.
Pero desgraciadamente, no se recuperan otras tradiciones como las del ramo, que es un objeto triangular en la cúspida sujeto con un palo en el suelo (todo de madera).
Este objeto se adornaba con todo tipo de cintas y roscas, y se realizaban cantos ante este, en fiestas litúrgicas importantes.
También esta tradición debió perderse hace tiempo, y tampoco sé realmente que es lo que se cantaba o rezaba.
En muchos pueblos de las tierras leonesas, se sigue poniendo este ramo en las celebraciones, fiestas y misas.
Hay otra leyenda bien bonita, que es la del moro que es perseguido por un castellano, y salta el rio de una punta a hora, en la parte más estrecha del acantilado en los arribanzos del Duero, dejando sus marcas en la peña, por eso esa zona se llama, El Salto Ladrón.
Así dice:
Avanza’l mío caballo
Prefiero morir ahogado
qu’en manos
d’un castellano.
En esos mismos arribanzos de cuenta la historia de un bandolero sayagués de Perigüela (Pereruela), que se llamaba el MOZO, que desde bien pequeño escapó al campo para ganarse la vida en esta jera, pero prometió a su padre que nunca mataría a nadie, y dicen que lo cumplió.
Hay muchas historias y bien bonitas en un pueblo que pudo fácilmente llegar a tener 1000 habitantes a mediados del siglo XX, pero que ahora está muy vacio.
Ahora mismo estoy recordando, las vistas preciosas que veo cuando voy a un tierra que le tocó a mi madre en la concentración parcelaria “El Saceo”, que es de matorral, con carrascos, jaras, etc., y desde arriba del teso, se ve una maravillosa vega en el rio que serpentea y da muchas vueltas.

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